viernes, 14 de enero de 2011

Poner Música en nuestras vidas


Uno de mis "traumas" de infancia era ser despertada el fin de semana a una hora que se me antojaba muy temprana, aunque seguro que no lo era. Dormir es un deporte genial, y cuando eres joven y tienes sueños maravillosos, aún más. A mi me despertaban con los conciertos de música clásica, en estéreo. Por un lado ponían la radio en el estudio de mi padre (pared con pared de mi habitación), y por el otro lado en el salón. La música era maravillosa, pero no quitaba que me sintiera ofendida en lo más profundo de mi ser. 

Mi infancia, niñez y adolescencia está llena de música clásica. Hija de dos melómanos, que no concebían la vida sin música. Luego, llegó mi independencia musical, creo que a los 14-15 años, conseguí ahorrar y comprarme una mini cadena musical, con CD y todo. Seguramente fue un regalo de mis padres y no una inversión de ahorros. La cadena se instaló en el estudio de mi padre, que por aquel entonces ya casi no usaba, ya que prefería oír música en la sala, con la cadena grande. Recuerdo estar sentada oyendo los 3-4 CDs que tenía, todo el rato. Y cantando, desafinando, sin ningún remordimiento. 

Y llegaron los cascos. Mi hermano sufría. Decía que no podía oír una sola vez más el CD de Liza Minelli de Cabaret, o a Phill Collins o Queen o Dire Straits. Y me regalaron unos cascos. Y ahí si, casi consigo que le dé un patatús a mi hermano. Ahora oía lo mismo, todo el rato, pero, sólo y exclusivamente, cantado por su querida hermana, desafinando a pleno pulmón, sin ninguna música que mitigue los gallos. Y los cascos murieron. 

Y ahora, que ya soy capaz de oír música sin cantar todo el rato, exceptuando cuando estoy en el coche, me declaro enamorada, enganchada y totalmente dependiente de este gran invento que es Spotify. 


Permite escuchar mucha, mucha música, pero mucha. Y de todos los gustos. Además sin tener que pagar, eso sí, si no pagas tienes anuncios. Puedes pagar un poco para no tener anuncios y otro poquito más para poder oír la música a través del móvil, aunque esto sólo es válido para algunos móviles.

Además puedes declararte social, y ver lo que escuchan tus amigos. Gran ejercicio, ya que se descubren nuevos mundos. Y puedes crear listas de reproducción, agrupando canciones a tu antojo. Destacar canciones. Una maravilla.

Pero desde hace unos días vivo inquieta. Uno de los anuncios es de una canción de un cantante español, cuyo nombre ahora no me viene a la cabeza, pero cuya letra no deja de torturarme. Es que viene a cantar algo así como que "tus sentimientos visten de Dior y los mios van en chandal". Estoy inquieta, yo, que disfruto con la erótica del "Quizas, Quizas, Quizas" de María Dolores Pradera, del humor de "Bip Bip" de Joe Dassin, la ironía de las letras de Joaquín Sabina, no consigo encontrar la vestimenta a los sentimientos. Y me atacan las dudas. ¿Será que la lírica de las canciones está decayendo? ¿O no será que me hago vieja y ya no entiendo a la juventud? A lo mejor es que mis sentimientos siempre han vestido con el traje del Emperador... Seguramente deba oír la canción entera para poder opinar.

Y como me critican por hacer posts muy largos y sin fotos, pues una foto muy mala...